El circo no siempre causa risa cuando afloran otras realidades.
Comparto esta experiencia… amasijo de sueños y palabras vagas. De lo uno
a lo otro y al final nuevamente el circo.
Tenía 10 años cuando fui por última vez a un circo y hace pocos lleve
a mis hijos a uno, algo pasó en mi memoria que no recuerdo nada del
show; asistí en cuerpo pero mi alma estaba en otro lado… así suele
ocurrir muchas veces: estamos sin estar. El circo siempre fue un
espectáculo que todo niño quiere ver…
Semanas
atrás me dio ganas de ir a uno, uno de esos circos pobres que van por
los pueblos y en lo que apenas hay un par de acróbatas, par payasos de
esos que ya no cuentan chistes para niños, más bien bastante fuertes
hasta para los propios adultos o chistes repetidos que ni gracia dan; de
vez en cuando les salen unos chiripazos divertidos, incluso por andar
con mi cámara fotográfica fui objeto de más de una broma.
¿La verdad? A pesar de todo fue una linda experiencia, compartí con
mis hijos adolescentes y sentí recuperar algo de su inocencia fugaz ¿les
quedara algo?
También me acompañaron otros familiares con los que estábamos pasando
una temporada en la playa, incluso nos acompañó Flautiño, para quienes
no lo conocen es el que hace de mesero en el bar…
Una
carpa vieja… desgastada por el sol, una pista de la misma condición, la
platea eran pedazos de tablas que le se alzaban cada vez que teníamos
un mal movimiento.
Este era uno de esos circos en que los niños entran 2 por 1 y aun así jamás se llenan.
Sobre los circos en el acontecer ecuatoriano, están tratando de
recuperarlos invitando a muchos actores de la televisión nacional de
aquellos programas que con todo respeto nunca veo… pero que son espacios
que se han ganado.
El compadre Tulio, se me olvido el nombre del otro showman… en fin,
después de todo este enredo de palabras sueltas, sin razón y sin una
lógica, con algo de cordura, es para contar que fue José María Memet,
alguien que no tengo ni idea de quién es, quien me motivo ir al circo,
lo encontré en la red, en un blog de esos que uno visita por casualidad;
José María se autodenomina el cazador de instantes y para eso fui al
circo: a cazar instantes.
Memet en su publicación Menciona a Nicanor Parra: “Me demoré 30
años en entender que ahí estaba la antipoesía, la respiración
entrecortada, el habla. Después supe que estaba en todas partes. Es lo
que he tratado de explicar con humor, mi propia vida, la vida de nuestro
pueblo.”
Y
comparado un poco las realidades, miro nuestro panorama, por no decir
nuestro circo de nuestra vida; vivimos actuando… pretendiendo ser lo que
no somos, siendo marionetas de nuestros gobernantes y de nuestras
propias frustraciones. Entonces reflexiono y me digo que toda nuestra
vida es igual o peor que este circo pobre. ¿Es normal estar como estamos
hundidos en el conformismo aplaudiendo la inoperancia?
Es como que el telón nos ha enceguecido, estamos perdiendo los
valores, la espiritualidad, la humildad y, lo más preocupante, ¡¡Nos
estamos olvidando de reconocernos!! Por eso asistí a una cita con la
memoria, una forma de reencontrarme en la historia del lugar donde nací.
Me siento que somos eso, marionetas de un circo estático, sin rumbo
espiritual creyendo que las cosas materiales, las amistades convenientes
y egocéntricas llenaran nuestras vidas.
Dicen los entendidos en temas de alma que esa sensación de
felici-saciedad, que se diluye, se esfuma más rápido de lo que muchos
quisieran y la vuelta a su rueda de molino personal es inevitable,
volviendo a ser infelices en busca de la felici-saciedad…
Felici-saciedad, es la que nos ha incapacitado para luchar por
nuestros propios derechos. ¿Sabían que en Portoviejo hay una de las
mejores ordenanzas municipales del país? Es lo que me han dicho…. no se
si es verdad, que ignorantes somos. Me incluyo.
Levanten el telón señores que una nueva función va a empezar. Continuará…
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