"Acostados los dos, sin ser nada, disfrutando de no hacer nada.
Ella tocaba mi pelo y yo acariciaba sus piernas. No nos reíamos de nada en concreto en realidad.
Mirando el techo le digo: Si Dios viera esto creo que no entendería nada. ¿Que estamos haciendo?.
Sonrió. Es probable, dijo, mas importa?.
Levanto la cabeza de su vientre, la miro a los ojos y con una sonrisa le digo: Dios a veces no entiende nada."
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